TEMA: LA
CIMA DE LA FELICIDAD
INTRODUCCIÓN:
El mayor número de personas están en
búsqueda del placer, de la felicidad. Se trabaja en busca de la felicidad; se
ha escrito muchísimos libros sobre este tema; se ha discutido. Se ha
presentados diversas fórmulas sobre la felicidad. Algunos acuden a psicólogos, y
a otros tantos especialistas buscando formas de aminorar lo desagradable, y
aumentar lo agradable en sus vidas personal, laboral, como padres, y en sus
matrimonios: en fin, hay una búsqueda de felicidad.
Jesucristo, el hombre más notable y
controversial de la historia humana, no dejó fuera de sus discursos este tema.
En el monte de los Olivos, en su
discurso más famoso, conocido como «las
bienaventuranzas»; presenta una escalera, o un desarrollo progresivo de la
felicidad. El discurso está registrado en Mateo capítulo 5, versículos 1 al 12.
Veamos en qué consiste ese
desarrollo de la felicidad.
N° 1. El
primer nivel de la felicidad. Reconocer
la necesidad de Dios
La primera expresión que usa
Jesucristo en este discurso es: «bienaventurados
los pobres en espíritu». Con
estas palabras no se refiere a los pobres físicamente; no se refiere a los que
viven en condiciones deplorables económicamente, en un estado materialmente
miserable. El hecho de que alguien esté en condiciones maltrechas
económicamente no lo hace feliz.
Jesucristo se refiere a personas que
reconocen su bancarrota para con Dios; y por tanto necesita a Dios en su vida.
Allí se da el primer nivel de felicidad; que comienza expresándose en un estado
de paz interior.
N° 2. El
segundo nivel de la felicidad. Quebrantarse
por la inmoralidad
La segunda expresión de Jesucristo
es «bienaventurados o felices los que lloran». En el contexto
judeocristiano es un quebrantarse (la idea de sentarse en ceniza, vestidos de
cilicio). El sentir dolor por su propia inmoralidad, o afectarse por la
inmoralidad ajena, trae felicidad porque su corazón es consolado.
N° 3. El
tercer nivel de la felicidad. Dejar
de resistir a normas, autoridad y otros.
La tercera expresión de
Jesucristo es «felices los mansos». La mansedumbre es un
concepto que tiene la idea de fortaleza bajo control; de alguien que deja de
luchar, cuando es necesario; mejor dicho, de resistir. Dejar de luchar contra
Dios. Un joven que deje de presentar resistencia a la dirección de su padre o
de su madre; dejar de resistir a la autoridad del docente, a la autoridad civil.
Lo opuesto a mansedumbre es rebelión. El tercer nivel de la felicidad está en
la mansedumbre.
N° 4. El
cuarto nivel de la felicidad. Desear
la justicia
La cuarta expresión de
Jesucristo es «felices los que tienen hambre y sed de justicia».
La justicia se refiere a lo que es merecido. Una persona que ama y desea la
justicia: tanto en su vida, como en su entorno. Jesucristo dice: “aunque las
cosas parecen injustas, al fin prevalecerá la justicia”; y esas personas serán
felices; porque habrá justicia. Hay un dicho: “No hay mal que dure cien años,
ni cuerpo que lo resista”. Con esto Jesucristo invita a tener siempre esperanza.
N° 5. El
quinto nivel de la felicidad. Los que
tienen una actitud perdonadora.
Ahora
Jesucristo usa la expresión «felices los misericordiosos».
En una historia narrada por Jesucristo sobre un rey que tenía en su reino a un
hombre que tenía una enorme deuda con este rey, en esa historia Jesucristo
define el concepto “misericordioso”, como perdonador. Le dice al hombre que
tenía la deuda, “yo tuve misericordia
(cuando lo perdonó) de ti, ¿no debías tú tener
misericordia (perdonarlo) de tu consiervo?”. Una persona con un espíritu
perdonador, no resentido, no amargado, está abierto a un mayor nivel de
felicidad.
El último nivel. Sufrir oposición por causa de una causa justa
Jesucristo menciona dos niveles más,
antes de llegar a este nivel. Menciona el tener motivaciones e intenciones
sanas, y ser pacificadores. Ahora en este nivel dice que el que padece
persecución por causa de él, alcanza la felicidad. Es decir, sufrir por una
causa justa, por nuestras más profundas convicciones; éstas no dependen de si
nos convienen o no. Sufrir por ellas trae felicidad. Aunque sufra desprecio,
cárcel, o lo que sea; saber que estamos en lo correcto, llena de satisfacción;
eso es lo máximo de la felicidad.
En
conclusión, la felicidad no es un acto instantáneo, es un proceso; que además
tiene niveles. Hay personas que disfrutan de mayor felicidad que otros. Aquí
hay una propuesta. ¡Considéralo! ¡Pruébalo!
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